Sesiones IV a IX - Hiper resumen

El anciano que cuenta las historias en la taberna estuvo en un largo letargo, pasaron varias noches en las que n bajaba de su habitación a narrar las aventuras de Leregon y sus valientes amigos.
Es que su memoria ya no era la de antes y el alcohol de cada noche de contar historia le había causado demasiados malestares.

Se dice que en más de una vez se trató de incorporar, con sus ojos cerrados, tambaleando un poco en el lugar y alzando su dedo índice como para hacer una declaración, decía entre balbuceos:
"Leregon lideró a sus compañeros para desbaratar el culto a Shar, hic ! mfcontraron una carta o nota, o algo escrito ! ellos creyeron (hic!) que hacía mbenciónn al diós Nobanion forque hablaba del Rey de las Bestias. E entonces los tipos se ffueron a caminar un montoooon de kilometros hasta una ciudad de elfos solitarios llamada Cedarspoke, en el bosque de Gulthmere. Creo, no recuerdo bien, que Nobanión era un buen dios, o eso decía un tal humus que vivía por ahí. La cosa es que humus los mandó a cazar ogros del bosque y traerles sus orejas... no ! orejas no eran... ah ! los mandó a traer 8 collares de los que usan esas porquerías.
La cosa es que a Léregon lo cagaron a trompadas los ogros en reiteradas oportunidades porque se la pasaba salvando a sus amigos que sin el no eran nada, hasta se fueron de campamento cerca de Cedarspoke y ... zzz ... zzz"

Así el viejo cae sobre su silla dormido o desmayado, ya que estaba con su boca abierta y caía algo de baba por sus mejillas.
El tabernero lo miraba de reojo, ya no lo aguantaba más y pasaba de ser un entretenimiento en la taberna a ser un despojo por el cual hay que cuidar.